Kafzah al Thiba


Los Manantiales de la Gacela
En la antigua Arabia, antes de que los árabes adoptaran las figuras astronómicas griegas para las constelaciones, tenían diferentes configuraciones en el cielo. Muchos de los nombres de las estrellas nos vienen de esta tradición.
Nu (Alula Borealis) y xi (Alula Australis) marcaron la pata trasera derecha del Gran Oso fueron "el Primer Manantial" de la Gacela. Lambda (Tania Borealis) y mu (Tania Australis) juntas, marcando la pata trasera izquierda del Oso, fueron "el Segundo Manantial " de la Gacela. Iota (Talitha Borealis) y Kappa (Talitha Australis) que marcan el "Tercer Manantial ".
Fueron designados colectivamente Kafzah al Thiba’, los manantiales de la gacela. La Gacela se imagina a partir de las estrellas sin forma desde que se reunió como Leo Minor, y el brote del Estanque (Coma Berenice) del animal se debe a su miedo a la cola del Gran León. [En los primeros tiempos de Arabia, Coma Berenice era Al Haud, el Estanque, en el que la Gacela, nuestro Leo Menor, saltó cuando se asustó ante el azote de la cola del León (Coma Berenice es el penacho de la cola del León en la figura árabe de Leo); aunque algunos de los observadores árabes afirmaron que este estanque (Al Haud) se encontraba entre las estrellas del cuello, el pecho y las rodillas de la Osa Mayor: y Lach lo sustituyó por la Gacela en nuestra ubicación de Leo Menor. Ideler adoptó esto de Al Tizini y el globo Cúfic en Dresde; mientras que el globo Borgian muestra a una gacela y su cría en el mismo lugar. Kazwini, sin embargo, describió a este grupo extendiéndose sobre los ojos, las cejas, las orejas y el hocico de la figura de nuestra Osa Mayor.]
La cierva de Cerinia simboliza la Gacela, por lo que podrían llamarse los manantiales de Cerinia.
Pausanias ubicaba en Cerinea un santuario dedicado a las Euménides.
Las erinias
En la mitología griega, las Erinias son personificaciones femeninas de la venganza que perseguían a los culpables de ciertos crímenes. También se las llamaba Euménides ‘benévolas’, antífrasis utilizada para evitar su ira cuando se pronunciaba su verdadero nombre. Según la tradición, este nombre se habría empleado por primera vez tras la absolución de Orestes por el Areópago (descrita más adelante), y más tarde se usó para aludir al lado benigno de las Erinias.
En Atenas también se utilizaba eufemísticamente la perífrasis, ‘venerables diosas’. Asimismo se aludía a ellas como, ‘diosas ctónicas’, y se les aplicaba el epíteto Praxídiceas, ‘ejecutoras de las leyes’. En la mitología romana se las conoce como Furias (en latín, Furiæ; o Diræ: ‘terribles’).
Según Hesíodo, las Erinias son hijas de la sangre derramada por el miembro de Urano X sobre Gea (Virgo) cuando su hijo Cronos lo castró, siendo por tanto divinidades ctónicas.
Se representa a estas horridas deidades vengadoras como genios femeninos con serpientes enroscadas en sus cabellos, portando látigos y antorchas, y con sangre manando de sus ojos en lugar de lágrimas. También se decía que tenían grandes alas de murciélago o de pájaro, o incluso el cuerpo de un perro.
La fuente de Teágenes en Mégara, de gran tamaño, con decoración y columnas. Su manantial se llamaba de las ninfas Sítnidas. Con una de estas ninfas, según la mitología, engendró Zeus a Mégaro, que escapó del diluvio de Deucalión nadando hacia la cumbre del monte Gerania, tras seguir los chillidos de las grullas.
Su número suele ser indeterminado, aunque Virgilio, probablemente inspirándose en una fuente alejandrina, nombra tres:
· Alecto ‘la implacable’, que castiga los delitos morales.
· Megera ‘la celosa’, que castiga los delitos de infidelidad.
· Tisífone ‘la vengadora del asesinato’, que castiga los delitos de sangre.
Al primer manantial (alula) se le relaciona con Alecto ‘la implacable’, que castiga los delitos morales.
Al segundo manantial (Tania) se le relaciona con Megera ‘la celosa’, que castiga los delitos de infidelidad.
Al tercer manantial (Talitha) se le relaciona con Tisífone ‘la vengadora del asesinato’, que castiga los delitos de sangre.


